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Notas Barenboim-Argerich cautivaron a un Colón repleto y fervoroso Crítica de los conciertos de sábado y domingo, en Ámbito Financiero de 28/7/15 Por: Margarita Pollini
"Festival de Música y Reflexión". Martha Argerich (piano). Miembros de la West-Eastern Divan Orchestra. Daniel Barenboim (piano y dir.). Obras de R. Schumann, C. Debussy, B. Bartók, A. Schoenberg y P. Boulez (Abono Estelar, Teatro Colón, 25 y 26 de julio). El "Festival de Música y Reflexión" que por segundo año consecutivo propone en el Teatro Colón el brillante Daniel Barenboimen compañía de la West-Eastern Divan Orchestra (WEDO) y Martha Argerich tiene rasgos que permiten asimilarlo a una travesía, a una aventura musical y espiritual apasionante. Durante dos semanas, y por más que la actividad musical de Buenos Aires continúe siendo frenética, todos los ojos y los oídos estarán puestos aquí.
![]() La música, el arte de dar una vida efímera a algo permanente, es también un juego misterioso en el que las ecuaciones no siempre dan los mismos resultados. Y así fue como el esperado regreso de dos de los más grandes músicos que hayan nacido en este suelo no tuvo el sábado la sincronización, la fluidez y la química que apareció el domingo, con un Colón repleto y fervoroso. Entonces sí, transparencia, equilibrio, sobriedad y cohesión rítmica fueron la base de la ejecución de los estudios de Schumann, originales para piano con pedalera y transcriptos por Debussy, y la suite del compositor francés tuvo el espíritu lúdico y la paleta cromática apenas insinuada el sábado. El paisaje también fue diferente: en lugar del escenario despojado de la noche anterior, en las gradas ubicadas cerca de ellos los miembros de la WEDO fueron espectadores privilegiados y al mismo tiempo partícipes espirituales de esa comunión. El plato fuerte del dúo desde su anuncio, la Sonata para dos pianos y percusión de Béla Bartók,reveló un trabajo minucioso en lo individual y lo grupal. Tampoco decepcionó la ejecución, el 25, de "Sur incises", una de las obras de Boulez que Barenboim brindará aquí en coincidencia con los 90 años del compositor. Escrita para tres arpas, tres pianos y tres percusionistas, "Sur incises" propone un entramado de voluptuosidades sutiles, reflejos sonoros y tímbricos que la mente deBarenboim y las manos de los músicos de la West-Eastern Divanhilaron en un continuo narrativo en el que todo aquel oyente con la mente y los sentidos abiertos pudo dejarse envolver, al igual que en la sinfonía de cámara de Schoenberg. El cuaderno de bitácora de la travesía tiene también lugar para lo anecdótico: las sonrisas y abrazos de la dupla, las flores sembradas desde las localidades altas, el gesto de Barenboim tapándose la boca con un pañuelo para enseñar a un molesto espectador cómo toser menos ruidosamente o el de bajar la tapa de los pianos luego del único bis del domingo (un fragmento de la suite de "El cascanueces" deTchaikovsky mágicamente interpretado) y ponerse una rosa entre los dientes como forma de cerrar el concierto, o su saludo a cada uno de los integrantes del ensamble del sábado. La aventura continuará mañana y el jueves, cuando Argerich se siente al piano para interpretar como solista el segundo concierto de Beethoven y la orquesta complete las veladas con la cuarta sinfonía deTchaikovsky.
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